EL MAL DE LA IZQUIERDA
Lo peor que le puede suceder a una organización política, que quiere llegar a los ciudadanos y ofrecer su disposición a construir una alternativa al injusto sistema político imperante, es que sus miembros no se respeten entre ellos, de compañeros o camaradas a “enemigos” irreconciliables, que no acepten los resultados de un comicio interno celebrado con todas las garantías democráticas, que lleguen organizar encuentros paralelos que vienen a convertirse en cenáculos conspiratorios para establecer tácticas y estrategias que les permitan hacerse con el control de la situación, paralizar los acuerdos, contenidos políticos y organizativos con los que no están de acuerdo pero que salieron adelante con respaldo mayoritario y deshacerse de los "camaradas" o “compañeros” a los que repentinamente llaman "enemigos"...
Esta situación viene a producir una parálisis tan grave que desalienta a los militantes cuyo único interés es sacar adelante el proyecto político y les empuja a bajarse del barco sin llegar a buen puerto.
Pero si además se hace cuando están apareciendo nuevas fórmulas políticas que se presentan atrayentes para una población desencantada de los políticos profesionales y corruptos y de sus juegos que nada tienen que ver con las soluciones que esperan de los mismos, todos terminamos en mismo saco. Y los populistas que emplean un lenguaje redentorista y de salvación para “todos” terminan ocupando esos espacios que de haber trabajado nosotros con honestidad, codo con codo, sin guerras internas, con compañerismo, sería el nuestro, el de los ciudadanos anti-sistema, el de los demócratas radicales.
Y como además, esta descerebrada acción o acciones rompedoras se emprenden a unos meses de lecciones políticas tan importantes como las municipales, nos entretienen y apartan de nuestros objetivos, nos impiden elaborar y acercar las propuestas a los ciudadanos, nos quedamos sin la confianza ciudadana.
Amigos esta anómala situación se convierte, parafraseando a Gabriel García Márquez, en “crónica de una muerte anunciada”.
Adiós libertad, fraternidad y legalidad.
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